sábado, 3 de septiembre de 2011

"La larga duración"

Laura Rodriguez Solis


La larga duración.

Fernand Braudel es uno de los historiadores más importantes del siglo XX.

Siguiendo una línea distinta a la historia tradicional, Braudel elaboró una teoría que intentaba ubicar mejor los sucesos históricos, incluso también funcionaba para determinar su trascendencia histórica. La historia tradicional trabaja con el tiempo corto o breve, y maneja un “relato precipitado, dramático, de corto aliento”. La nueva historia debía de trabajar con otra temporalidad que tomara en cuenta los procesos cíclicos y las posibles variaciones que sólo pueden detectarse si se estudian dentro de un espacio de tiempo de larga duración que hipotéticamente abarcaría muchos años, décadas y en ocasiones hasta siglos.
El tiempo corto

Braudel relaciona al tiempo corto con la crónica periodística pues esta se encarga de retomar hechos rápidos, efímeros, espectaculares y algunas veces de mínima trascendencia.
El valor del tiempo corto se mide de acuerdo al dramatismo y a la explosividad de lo que relata. Trabajar de esta forma con el pasado reduce el horizonte de análisis y puede resultar contraproducente pues “el tiempo corto es la más caprichosa, la más engañosa de las duraciones”. Una razón de peso, sobre todo cuando se observa el recelo que los historiadores manejan hacia la historia oficial o tradicional, aquella que recoge los eventos de mayor relevancia y los ubica en un nivel de apreciación general, ideal a intereses particulares y en ocasiones, hasta políticos. La historia entendida de esta forma esta cimentada sobre el tiempo corto, el encargado de recoger los “grandes acontecimientos”.
La larga duración
Un paso fundamental hacia un estudio de larga duración en las ciencias sociales -y en particular la historia- lo dio la arqueología, disciplina que utiliza grandes periodos cronológicos para justificar su teoría. Era necesario replantear la metodología, incluir y sobre todo comprender en que momento aparecen las coyunturas, los ciclos, los elementos que integran la estructura. Las coyunturas o variables pueden provocar “grietas” que favorecen la discontinuidad pero no destruyen la estructura. Una coyuntura puede tener distinta duración respecto de otra, dependiendo del contexto en el que se ubique.
La segunda justificación la da precisamente la estructura, la cual abarca los conflictos de larga duración. La estructura organiza coherentemente la relación entre realidad y masa social. Para los historiadores la estructura funcionaría de forma similar pero considerando que además se trata de “una realidad que el tiempo tarda enormemente en desgastar y en transportar. Las estructuras interfieren en la historia llegando incluso a determinar su curso. Influyen en los fenómenos sociales, geográficos, culturales, psicológicos y políticos; aparecen constantes por un periodo extenso y evolucionan de modo casi imperceptible. Braudel menciona los marcos de coacción geográfica como la determinación antes dicha.
La teoría de la larga duración es un reto para el historiador, significa romper con los esquemas porque “equivale a familiarizarse con un tiempo frenado”.

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