jueves, 1 de diciembre de 2011

Sistema Escolar


Sistema Escolar

En las primeras sociedades humanas la educación estaba caracterizada por su casi nula institucionalización: los niños aprendían a través de su participación en la práctica de los adultos, pues los saberes que eran transmitidos estaban vinculados con las necesidades de subsistencia y control del medio ambiente.
con el paso al sedentarismo, el hombre pudo destinar más tiempo al trabajo intelectual y ello originó un acumulamiento de saberes cada vez mayor. Ante la necesidad de transmitir esa cantidad de conocimientos a las nuevas generaciones, las sociedades crearon espacios y destinaron personas y tiempos específicos para llevar a cabo los procesos educativos, naciendo así la escuela.  

En la tradición de Medio Oriente, la educación proporcionada por la escuela tenía como finalidad complementar la educación familiar, enseñando a los niños hebreos y aspectos de su cultura. Los alumnos aprendían sentados en el piso sobre una alfombra, alrededor de un maestro que les enseñaba.
En la antigua Atenas era costumbre que los padres encargaran al niño a un preceptor, a quien se le encomendaba la educación completa y directa del pequeño.
 En Roma el maestro ocupaba un sillón (cathedra) y enseñaba a varios alumnos, los cuales se sentaban en el suelo o sobre alguna piedra y tenían rollos de pergamino que guardaban en cajas cilíndricas.

Las prácticas educativas variaban de acuerdo a la civilización, sexo y la clase social a la que pertenecían los alumnos. A finales del siglo XV en Europa, los grupos dirigentes y los nobles recibían educación domiciliaria que se desarrollaba en el interior de los palacios. De igual manera, en el México antiguo los niños acudían a escuelas distintas dependiendo de su estrato social: los niños del pueblo o macehuales acudían al telpochcalli mientras que los hijos de los nobles asistían al calmecac.

Juan Bautista de la Salle, sacerdote y pedagogo francés,  creó un modelo estructurado en torno a dos ejes: el orden y el control, que se aplican mediante la simultaneidad de la enseñanza, es decir, un grupo de alumnos recibe la misma instrucción al mismo tiempo, a través de un único docente.
Por su parte, los miembros de la compañía de Jesús,  introdujeron la figura del decurión, alumno destacado que participaba en la clase ayudando a sus compañeros y colaborando con el docente. Este mecanismo permitía dar atención a los alumnos que conformaban un grupo jesuita (entre 200 y 300 alumnos).

El papel de los jesuitas en la educación ha sido sumamente importante, sobre todo en México, ya que este grupo tuvo a su cargo  la mayor parte de las escuelas mexicanas desde su llegada  al país en el año 1572 hasta poco después de la promulgación de las leyes de Reforma.

Entre los siglos XVII y XIX,  empieza a conformarse propiamente la escuela moderna. De acuerdo con Silvina Gvirtz (2008) esto se produjo en el marco de cuatro procesos fundamentales:

·         La revolución agrícola, que implicó una masiva emigración de trabajadores hacia las ciudades;

·         La Revolución Industrial, que creó nuevas formas de organizar el proceso de producción y generó un  nuevo tipo de trabajador: el obrero industrial;

·         La idea de ciudadano, que surgió con las revoluciones políticas y que se extendía a toda la población;

·         La revolución tecnológica, íntimamente ligada con las dos primeras, que derivó en la construcción de nuevos campos del saber y en la configuración de nuevas formas productivas.

Esta situación obligó a los estados-nación a proporcionar educación a una gran cantidad de personas para lo cual se requirió de instituciones destinadas expresamente a esta labor.

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